(Continuación de la anterior entrada del blog…)
Al día siguiente cambiamos el escenario marítimo por el terrestre, estaba deseando conocer los famosos dragones, y la mejor forma de hacerlo es una excursión por el parque natural. Es obligatorio llevar un guía, bajo la apariencia de tranquilos lagartos se esconde un depredador mucho más agresivo de lo que parece, además hay serpientes venenosas y otros animales peligrosos durante el recorrido.
No tardamos en localizar el primer Dragón de Komodo, dormitando tranquilamente cerca de las instalaciones, luego vimos varios más. Según nos contó el guía es el mayor de los lagartos, su tamaño normal está entre los 2,5 y 3 metros y su peso entre los 40 y 100 Kilos, aunque hay ejemplares que alcanzan los 3,5 metros y más de 160 Kilos, si te encuentras con algo así, sin saber lo que es, no me extraña que salgas corriendo y pienses que has visto un dragón.