Estamos a punto de cruzar el meridiano 180, la mítica línea que al atravesar te transporta en el tiempo y que implicará un cambio brusco con respecto a la manera de medir nuestra posición.
Al franquearla los relojes se tendrán que adelantar un día, habremos pasado automáticamente de una hora, a la misma hora pero del día siguiente (ya que lo atravesamos rumbo Oeste), 24 horas habrán desaparecido de nuestro tiempo de abordo.
Curioso, ¿no?, pasar de que nuestra diferencia horaria sea de 12 horas menos que en España a tener una diferencia de 12 por delante, no vivir un día completo, todo ello recorriendo unos metros, y además es reversible, si volviéramos para atrás estaríamos de nuevo en el día anterior, aunque el reloj habría seguido corriendo.
Pues no solo eso, hasta ahora, desde que iniciamos nuestra navegación, siempre hemos estado al Oeste de Valencia, y cada vez más al Oeste, pues bien, a partir del momento en que atravesemos el meridiano estaremos al Este y la Longitud (los grados de separación del meridiano en que nos encontramos con respecto a Greenwich) decrecerá en lugar de aumentar.
Pensando un poco se pueden ocurrir muchas paradojas, por ejemplo, Paco regresará a España desde Fiji por el Este (vía Los Ángeles), eso implica que vivirá dos veces mismo día de su partida, la primera vez desde las 00:00 horas hasta que su vuelo atraviese el meridiano 180, en ese momento volverá a ser la misma hora pero estará otra vez en el día anterior, ¿increíble? pues así es.
Este hecho es consecuencia de que la tierra es redonda y en algún sitio hay que situar la línea de cambio de fecha, supongo que por motivos económicos se decidió que fuera el meridiano 180 (que está en mitad del Pacífico) en lugar del cero (Greenwich), de otro modo media Europa estaría en un día y la otra en el día siguiente.
Entrando en detalle las cosas son un poco más complejas, la línea exacta de cambio de fecha no es el meridiano, para que países como Fiji no tengan una día distinto en sus grupos de islas, y otros como Tonga (a pesar de estar a bastantes millas) tengan la misma fecha que sus vecinos (véase Australia y Nueva Zelanda), se desvía un poco incluyendo todo su territorio, pero esto es claramente un convenio, hablaríamos de hora y fecha oficial, no la que les correspondería exactamente en función de su ubicación geográfica.
Tampoco es del todo correcto decir que un día desaparece de nuestras vidas, aunque aparentemente sea así. En realidad, al ir navegando rumbo Oeste, en la misma dirección que el sol, esas 24 horas las hemos ido ganando a medida que incrementábamos nuestra Longitud, y ahora se ajustarán de golpe para que efectivamente no viajemos en el tiempo (aclaración para los puristas, hasta ahora llevábamos 12 horas de saldo a nuestro favor, que de golpe pasarán a 12 en contra, las cuales recuperaremos en el trayecto entre el meridiano 180 y el cero).
En resumen, si hubiéramos sincronizado dos relojes muy precisos el día de nuestra salida, uno se hubiera quedado en Valencia, y el otro se hubiera embarcado con nosotros, a nuestro regreso marcarían exactamente lo mismo, aunque nuestro tiempo se ha distribuido de otro modo, hemos tenido unos días un poquito más largos, pero para compensarlo nos hemos saltado uno. Si hubiésemos navegado hacia el Este todo habría sido exactamente al revés.
A pesar de ello no deja de ser romántica la falsa apariencia de viajar en el tiempo, en este caso un día hacia el futuro.
Cambiando de tema, la navegación que estamos teniendo entre Vava’u y Fiji está siendo una de las más rápidas y deportivas desde que zarpamos de Chile. La previsión era de viento del Sudeste, comenzando con una intensidad de 15 nudos e incrementándose hasta los 35, y se ha cumplido.
Al ser nuestro rumbo prácticamente Oeste el viento nos entraba por la aleta (a un largo), una de las direcciones preferidas por el Bahari para desarrollar todo su potencial.
La configuración inicial del velamen fue mayor y génova completamente desplegados, pero progresivamente tuvimos que ir recortando hasta quedarnos solo con mayor tomado el primer rizo.
En los momentos en que el viento arreciaba se podría decir que volábamos, no en vano hemos batido el record de velocidad del Bahari en una interminable planeada en que los instrumentos registraron 18,7 nudos, para los que no se hagan una idea, eso es una barbaridad en un velero de nuestra eslora sin una tecnología como la que cuentan los de la Volvo Ocean Race.
Como contrapartida el piloto automático no era capaz de gobernar, se fue un par de veces de orzada y nos puso los pelos de punta, tuvimos que coger la rueda a mano, turnándonos Jose Carlos y yo. Las sensaciones eran como las de pilotar un deportivo a su máxima velocidad, con el respeto que produce saber que si te equivocas te puedes partir la crisma.
Las olas llegaron a una altura de 6 metros y comenzaron a romper, afortunadamente nuestra elevada velocidad nos permitía defendernos de ellas y que su efecto, más que castigarnos, fuera impulsarnos hacia delante con el barco levantando agua por sus costados como si fuera una motora, todo un espectáculo.
A última hora de la tarde el viento ha amainado y el piloto automático puede hacerse cargo del barco, podemos descansar, nuestra velocidad se ha reducido, aunque seguimos a buen ritmo, sin duda nuestra media será de más de 200 millas en menos de 24 horas.
Por hoy me despido, desde el lugar en que nacen los días, o en el que acaban, que al fin y al cabo es lo mismo, porque cuando un día termina otro se inicia, lo importante es vivirlos y que cada uno tenga algo diferente.
Sed felices
Kike
Hola, ¿habéis grabado algún video durante la navegación a esa velocidad y con ese mar?, estaría interesante.
Saludos.
Hola,
Puedes imaginar un empleado del gobierno en viaje de servicio haciendo la vuelta al mundo, el tío tiene que devolver un día de salario, no? Y que pasa si viaja en la dirección opuesta?
Pero que están haciendo en esto atolón al sur de Suva? Van a Fiji donde hay las papayas las mas buenas del mundo.
Abrazo,
Francis
¡Hola! menudo subidon de adrenalina, ni la montaña rusa.
Besos.
WOOWW!!! :-))
Primo, has salido bien al final de la explicacion del «meridiano 180», porque conforme iba leyendo , parecia que se estaba «liando» un poco la cosa.
NOTA: dejate de batir records de velocidad, que las olimpiadas ya han terminado…
Muchachos , deslizarse a esas velocidades con ese barco, tiene que ser una pasada. Espero que cuando reemprendais el viaje los vientos sigan siendo tan propicios. Está bien eso de ser un día mas joven. Un abrazo.
No sabian nada estos ingleses, para ellos (afortunadamente para nosotros también, aunque solo sea por casualidad) lo más fácil fué poner el meridiano zero aquí cerquita, en greenwich, que raro que no pase también por Madrid, verdad? je, je.
Bromas aparte, os sigo muy de cerca la aventura y me ha interesado especialmente esa forma de gobernar la rueda.
Mucha suerte y hasta la proxima!!!
Hola Kike!
Curioso lo que cuentas del meridiano 180 … la primera vez que lo cruce (volando) no recuerdo en qué sentido fue, pero me dejo pensando medio en broma medio en serio lo mismo que cuentas tu… Les decía a familia y amigos que el día de mi cumple ya no era el que era, pero que no sabia si tenia que adelantarlo o retrasarlo!
Después he viajado en uno y otro sentido varias veces… la segunda, en sentido contrario, con lo que volví a cumplir años el mismo día que antes… la tercera, la cuarta…. al final perdí la cuenta !!! y solo tenia algo presente no desviarme mas de dos días, porque si no dejaría de ser ARIES, y ya no se las implicaciones cósmicas que se podrían dar en mi vida!!!! 😀
En fin… muchas gracias por la explicación! Como dice tu primo (no tengo el gusto, pero encantado!) todo era un poco lioso (tu relato y mi vida!) antes de leer los dos últimos párrafos de la explicación… Ahora, todo esta claro! :-)))
Un abrazo y buen viaje!
Diego
Mil dias y «medio viaje». Palos mediante, la segunda mitad de la singladura será «muy rápida» y no lo digo por esas velocidades medias.
Casi más emocionante que el cruce del Ecuador y el Cabo de Hornos juntos, sabiendo todos las peripecias hasta el Meridiano 180º…