Día 391 (10/12/2010): Y del cielo llovieron piedras…

¿Os acordáis del chubasco del que os hablaba ayer? Pues efectivamente pasó por nuestra popa, pero muy justo, lo vimos de cerca. El problema fue que a éste le siguieron varios más, uno de ellos de un tamaño espectacular, ocupaba casi toda la pantalla del radar, de ese teníamos claro que no nos librábamos.

Asumiendo la situación preparamos el barco para lo peor, ya había caído la noche, recogimos génova para reducir trapo y dejamos solo la mayor con el primer rizo, en caso de necesidad sabemos que con eso y un poco de motor podemos capear hasta más de 40 nudos durante un rato, cerramos todo y a esperar que el monstruo se fuera acercando.

Su aspecto impresionaba, no solo por su tamaño, también por su desarrollo vertical, su color oscuro y sobre todo por la cantidad de rayos que no paraban de brotar de su interior. Eso me preocupaba un poco, puesto que no tenemos el palo conectado a masa, si nos cayera un rayo encima creo que las consecuencias serian bastante desastrosas, en mis previsiones pensaba pasar una cadena por la base del palo y lanzar su extremo al agua en casos similares, pero esto es poco operativo, en fin, ya poco se podía hacer.

Esperamos pacientemente su aproximación y que de un momento a otro el vendaval nos revolcara, pero no fue así, el viento apenas varió cuando se situó sobre nuestras cabezas, sin embargo si empezó a diluviar, y al momento la lluvia se transformó en granizo del tamaño de garbanzos, tuvimos que protegernos porque hacía daño, temimos que pudiera hacer algún desperfecto en placas solares o toldos, pero afortunadamente no fue así. Creo que es la primera vez que nos graniza desde que salimos de Valencia, pero como veo la meteorología por aquí también pienso que no será la última.

Pasados los chubascos la situación se tranquilizó y la noche no nos ha dado más sustos, hemos podido navegar a vela a buen ritmo.

La previsión de vientos de Norte para la jornada no se ha cumplido exactamente, ha sido más bien un Noroeste de 15 a 20 nudos, lo que nos ha permitido avanzar a unos 7 nudos de velocidad con el viento entre el descuartelar y el través (entre 60º y 90º contados desde la proa). El tamaño de la ola estaba entorno a 1 metro, nada incomoda para ese rumbo.

El sol nos ha vuelto a regalar su luz y su calor, así que hemos pasado más tiempo en cubierta aprovechándolo que en el interior del barco.

Entorno al mediodía he podido disfrutar de unas horas de paz y fusión con el entorno que me han cargado las pilas enormemente, solo, sentado en un lateral, sintiendo el viento y sol en mi cara, contemplando el horizonte y las hipnotizadoras olas pasar, notando como el barco se deslizaba suavemente sobre ellas con un ligero cabeceo, me sigue pareciendo increíble cómo puede haber tanta belleza, tanta armonía, momentos tan especiales, y que muchas veces pasen por delante de nosotros sin disfrutar de la felicidad que te pueden proporcionar. He podido reflexionar y meditar sobre muchas cosas, sabía que Aventura Oceánica, además de una vuelta al mundo a vela, iba a ser un viaje hacia mi interior, pero no sabía hasta que punto.

Hoy hemos podido contemplar otra escena espectacular, una manada de delfines en pleno proceso de pesca. A unos 50 metros por nuestro babor el agua parecía hervir con unos chapoteos muy extraño, las gaviotas se concentraban en ese punto sin parar de revolotear y lanzarse al agua. Observando detalladamente hemos divisado los delfines haciendo maniobras en grupo para atacar lo que debía ser un banco de peces, impresiona ver la naturaleza así, en primera plana. Lo cierto es que estas aguas están plagadas de delfines, no paran de acompañarnos, aparecen cada pocas horas bien sea por el día o por la noche, nunca los habíamos visto tan frecuentemente.

También hemos tenido buenas noticias relacionadas con la meteorología, el frente de sur que nos preocupaba desde que zarpamos de Buenos Aires parece que no será tan fuerte y se confirma que durará poco más de 24 horas. Esperamos que el viento de proa comience a entrar en la madrugada, lo que nos obligará a ceñir y hacer bordos, pero contra una intensidad razonable, unos 20-25 nudos con rachas que pueden llegar a los 35, pero no los más de 40 que esperábamos durante varios días. Siendo así creo que podremos llegar a Península Valdés a lo largo del domingo, hasta llegar allí lo vamos a tener movido, pero bueno, es parte del camino.

En este momento (23:31 GMT) nuestra posición es 40º30’S, 060º22’W, más o menos a la altura de Vielma. Tenemos unos 15-17 nudos de aleta que nos impulsan a casi 8 nudos rumbo 237, casi directo a la entrada de la bahía donde se encuentra Puerto Madryn. 1.153 millas nos separan de Ushuaia.

Mañana os cuento que tal llevamos el viento de sur.

Sed felices.

Kike

One Response to “Día 391 (10/12/2010): Y del cielo llovieron piedras…”

  1. Jose Manuel (Primo) dice:

    Primo , vamos a por el tercero de hoy; suerte que el chubasco no fue lo que prometia ser.
    NOTA: Sobre los granizos tamaño «garbanzos», el otro dia lentejas, esta bien, esta bien,…

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