(Continuación de la anterior entrada del blog)
Bali tiene mucho que ver, haría falta meses solo para conocer sus lugares más interesantes, pero también tiene mucho que vivir, y la experiencia debe ser un adecuado balance para no acabar agotado de carretera y excursiones.
Como muchos imaginareis, algo que no nos podíamos perder es el buceo en sus costas. Son muchos los puntos de inmersión destacados, pero sin duda el más famoso es el USAT Liberty. El Liberty era un buque militar de transporte de las fuerzas norteamericanas, durante la Segunda Guerra Mundial un submarino japonés lo torpedeó al sur del estrecho de Lombok. Trató de llegar al puerto de Singaraja (en el Norte de Bali), pero a la altura de Tulamben la entrada de agua era excesiva y su capitán decidió encallar en la playa para salvar mercancía, equipamiento y tripulación. Durante 20 años permaneció como una estatua en su posición, hasta que en 1963 los temblores previos a la erupción del Monte Agung lo arrastraron hacia zonas más profundas, hundiéndolo definitivamente. A día de hoy sus más de 125 metros de eslora descansan entre 9 y 30 metros de profundidad, aunque el pecio está bastante desfigurado por sucesivos colapsos y enterramientos a causa de temblores y temporales, la vida submarina florece a su alrededor como si de un monumento a ella se tratase. Es evidente el respeto que existe por la zona, lógico por ser el pilar de la economía local, el resultado es que enormes peces (como palometas y meros gigantes) se acercan sin temor y una innumerable fauna de arrecife campa a sus anchas entre la fantasmagórica figura de los restos del naufragio.
Bali también es tierra de fuertes contrastes en nivel de vida. A pesar de la humildad de campesinos de las montañas y pueblecitos pesqueros, el nivel de pobreza no es comparable al de otras islas indonesias, sin embargo, en relación con algunos locales de lujo o mansiones que existen en Bali, dignas de las más opulentas zonas del planeta, la diferencia es abismal. Me quedé sorprendido al ver todo un centro comercial exclusivamente dedicado a marcas de lujo, algo que pocas ciudades occidentales tienen, la publicidad con mensajes en ruso y japonés da pistas de quienes son sus principales clientes. Es evidente la fuerte inversión extranjera que se está produciendo en los sectores turístico e inmobiliario, el nivel alto y el glamour también están presentes en Bali, mucho más de lo que se pudiera imaginar.
Dentro de la experiencia balinesa hay que conocer y participar en los lugares más turísticos de ocio y playa, como Kuta y Jimbaran, aunque nosotros acabamos moviéndonos más por Sanur, debido a su proximidad y a ser un nivel intermedio entre animación y la marabunta de otros lugares del Sur. Dempasar, la capital, es extensa y caótica, pero punto de paso obligado si quieres conocer la vida urbana de los balineses, y si necesitas repuestos o compras específicas, como nosotros necesitamos para el barco. Conocimos a balineses de todo tipo, pero la comunicación en la mayoría de los casos es complicada, su nivel de inglés es muy básico (salvo en los especializados en turismo, y éstos en la mayoría de los casos lo que tratan es de venderte algo) y nuestro nivel de indonesio no supera algunas palabras sueltas.
Tuvimos también la oportunidad de compartir tiempo con varios amigos que viven y trabajan desde hace años en Bali. Además de pasarlo genial en su compañía aprendimos mucho de la vida allí y la cara oculta de Bali, su lado B, el que no resulta fácil de conocer estando unos días de vacaciones, no es oro todo lo que reluce…
La integración con los balineses es complicada, son cerrados y clasistas, aunque está cayendo en desuso, hasta hace poco seguía vigente el sistema de castas. Son cordiales y amables, pero llegar a una verdadera amistad es muy complejo, incluso teniendo una relación sentimental con uno de ellos la aceptación familiar es casi imposible. Esta barrera no solo se da con el extranjero, es mucho peor con cualquier indonesio no balines, la endogamia es la regla. Detrás de ese misticismo colorido y atractivo existe una religión mucho más estricta de lo que parece, los niños crecen con la presión de que sus acciones tendrán consecuencias en el karma de toda la comunidad, se les controla y vigila para que sigan el camino recto. Las ofrendas y ceremonias implican un coste económico que para algunas familias es excesivo, sin embargo la presión interna y externa es tal que están obligados a ello. Todos aquellos que tienen empleados balineses se quejan de que no se puede confiar en ellos, independientemente de su responsabilidad en el trabajo, hay días que no acuden sin previo aviso, de repente les ha surgido una ceremonia y eso es lo más importante, cierto es que están presionados, ya que la importancia de una ceremonia se mide en la gente que acude, si tu no vas cuando sucede algo en otra familia tampoco ellos vendrán cuando sea en la tuya. Existen unas organizaciones vecinales, los banjar, que tienen un enorme poder, rigen la vida en la comunidad y son sus guardianes religiosos, en muchas ocasiones sus decisiones son más importantes que las del propio gobierno o la policía. Vigilan la moral de sus vecinos de una forma muy estricta y machista, y exigen pagos a los negocios bajo su zona de influencia con prácticas que a veces se podrían clasificar de mafiosas. Eso sí, la parte buena es que si eres extranjero pagas y no te molestan más, no es como otras religiones, si eres balinés es más complicado, tal vez la única oportunidad de escapar a la presión es emigrar. El hecho de que la religión balinesa permita mentir en 3 casos también da pistas acerca de cómo ven las cosas: el marido puede mentir a la mujer antes de casarse, se puede mentir en los negocios y sobre todo se puede mentir a los extranjeros. La corrupción es escandalosa y está a la orden del día, lo comprobamos en varias ocasiones a manos de la policía, si hay un control y eres blanquito, tienes todos los números para que te paren y te pongan una multa por lo que sea, acto seguido te explican que si les das dinero en mano allí no ha pasado nada. Esto mismo parece que se extiende a todos los niveles, permisos de trabajo, temas inmobiliarios, etc.
En fin, que no es todo tan bonito, espiritual y zen como puede parecer, aunque insisto en que es algo que en general pasará inadvertido al turista. En cualquier caso no hay lugar perfecto ni completamente libre de problemas, y con esto no quiero decir que sea ni mejor ni peor que otros, sencillamente relato la experiencia.
Sea como sea, Bali es un paraíso para los sentidos, una tierra mágica llena de costumbres ancestrales con una cultura y un arte tan exótico que sin lugar a dudas cautiva al visitante, no es extraño que tantas personas repitan sus viajes o decidan fijar aquí su residencia, y que cada vez sea en mayor número. Sin duda es uno de los lugares del mundo que hay que conocer, aunque mi recomendación sería combinar el viaje con algún otro destino de Indonesia, un país que tanto y tan variado tiene que ofrecer.
Para nosotros llega el momento de partir, el Bahari ya está aprovisionado, repostado y pertrechado para lanzarse de nuevo a navegar. En la siguiente travesía la tripulación será la habitual, Jose Carlos acaba de regresar y Julián y Alaitz desembarcan para quedarse en Bali por un tiempo, ha sido un placer compartir con ellos estos meses, seguro que volveremos a coincidir en el espacio-tiempo.
Nos espera el Océano Índico y mucha, mucha navegación durante los próximos meses, más de 1.100 millas hasta Cocos Keeling y otras 2.500 hasta Isla Mauricio, la etapa que cubrirá mayor distancia en la vuelta al mundo a vela de Aventura Oceánica.
Sed felices
Kike
Por lo que veo en el mapa, ya estáis en Cocos Keeling desde el Viernes pasado, lo cual quiere decir que una parte de esa travesía la tenéis cubierta. Me alegro. La descripción del dia a dia de los Balineses, es muy interesante( muy semejante a la de algunos países de Magreb, por lo que respecta a dejar el trabajo) . Que lo paséis bien en Cocos y me alegro del regreso de José Carlos. Un abrazo.
que buen relato el que haces de la vida Balinesa, que sin duda, solamente es diferente a la de otras latitudes y que logra enriquecer experiencias. Un abrazo y buen viento y buena mar
¡Hola Enrique!, ha sido muy interesante todo lo que nos has descrito de Bali en estos últimos días, esperamos que todo os siga tal y como hasta ahora y que podáis seguir disfrutando de esta gran aventura; un beso muy fuerte de parte de tu prima y esperamos con anhelo nuevos relatos. Saludos para los dos.