Y es que la lluvia ha sido una constante casi desde que llegamos, especialmente desde el lunes, alguna tregua ocasional, pero chaparrones periódicos no dejan de descargar agua sobre nosotros.
La meteorología ha condicionado nuestra estancia en la ciudad, al fin y al cabo Salvador es una ciudad para recorrer y para vivirla, y cuando el tiempo no acompaña, las cosas se complican. Hemos pasado los días fundamentalmente en el barco, tranquilos, descansando, leyendo, aprovechando que disponemos de conexión a internet, etc. que por otro lado tampoco está mal, entenderéis que también nos apetezca ese cambio de ritmo.