Protegido: Días 197 a 201 (30/5 a 3/6/2010): El Atlántico nos recibe con una de cal y otra de arena
11 de junio, 2010Día 207 (8/6/2010): Con el freno de mano puesto…
9 de junio, 2010Si esto fuera un coche, eso es lo que pensaría, que me he olvidado de quitar el freno de mano, y es que no hay manera de avanzar a una velocidad decente, la corriente nos retiene como si fuera un enorme pulpo que se ha agarrado a nuestra orza. El viento tampoco nos favorece en exceso, demasiado cerrado, apenas 30 grados de real, y como su intensidad no es mucha hay que caer en exceso para que el barco apoye y acelere.
Visto que haciendo bordos tampoco ganábamos mucho en distancia recorrida efectiva, estamos siguiendo un rumbo muy próximo al directo, con las velas muy cerradas y el apoyo del motor, nuestra velocidad sobre fondo es baja, 4 nudos y a veces menos, pero compensa, porque abriéndonos 20 o 30 grados no conseguimos más que medio nudo adicional, es menos efectivo. Cuando miras la estela del barco parece que vayamos mucho más rápido, y es que es así, sobre el agua nuestra velocidad será de 6 o 7 nudos, pero los entre 2 y 3 nudos de corriente en contra se ocupan de ponernos en nuestro sitio.
Día 206 (7/6/2010): Desaparecio la Polar…
8 de junio, 2010La Polar, la Estrella del Norte, que indica con una precisión de menos de un grado donde se encuentra la posición de dicho punto cardinal, ha dejado de verse. Me di cuenta anoche, durante mi guardia de 12 a 4 de la mañana, estaba despejado y antes de que saliera la luna me dedique durante un rato a contemplar las miles de lucecitas tintineantes que alumbran nuestro cielo, y entre ellas es imposible no buscar con la mirada al carro que forma la Osa Mayor, cuyo extremo siempre apunta al que ha sido uno de los astros más usados para orientarse por los navegantes desde hace mucho tiempo. Casiopea, con su forma de «W» también indica la posición de la Polar, no hay más que trazar mentalmente la bisectriz (la recta que pasaría por la mitad) de los ángulos que forma cada «V» y el punto en que se crucen ahí estará nuestra deseada estrella. Además, Casiopea y la Osa Mayor siempre están una frente a la otra al otro lado de la Estrella del Norte, de modo que siempre hay una de las dos constelaciones que te indican su posición.
El motivo de que no se vea es la latitud a la que nos encontramos, 6º N, demasiado baja ya en el horizonte, porque otra de las virtudes de esta estrella que tanto nos puede decir de nuestra posición y orientación solo con contemplarla, es que aproximadamente la altura sobre el horizonte con la que la vemos coincide con la latitud en la que se encuentra el observador.
Protegido: Día 205 (6/6/2010): Frente a las costas de Surinam
7 de junio, 2010Protegido: Día 204 (5/6/2010): Otra vez el génova roto
7 de junio, 2010Día 203 (4/6/2010): A la altura del Orinoco
7 de junio, 2010Anoche tuvimos un buen susto, durante mi guardia, sobre las dos de la mañana, divisé las luces de un barco que aparentemente venia hacia nosotros, ambas luces, la roja y la verde se veían claramente de frente. Espere un rato, para ver si a medida que se acercaba cambiaba de rumbo, pero no fue así. Decidí caer 20 grados a estribor, de modo que viera que me apartaba de él y que lo había visto, pero él siguió proa hacia nosotros, aquello comenzó a preocuparme. Volví a caer 20 grados más a estribor en una maniobra claramente evasiva, estaba ya bastante cerca, a buen seguro me veía, sin embargo su rumbo volvía a ser proa hacia nosotros. En ese momento tuve claro que nos teníamos que preparar para lo peor, no sabíamos ni quiénes eran ni que intenciones tendrían, era un barco de tamaño mediano, podría tratarse de una patrullera venezolana o un pesquero con vete a saber que intenciones, y no se cual de las dos opciones era peor. Desperté a Jose Carlos y le puse al corriente de la situación, debíamos estar en posición de defensa y atentos a cualquier cosa. Pensamos en apagar nuestras luces, pero ya era tarde, y sin radar, era peligroso y estábamos en desventaja, puesto que a buen seguro ellos si llevarían, además, en caso de ser una patrullera podría haber sido interpretado como un gesto sospechoso y ofensivo. Pasaron minutos que fueron como horas, y las dos luces seguían ahí hacia nosotros, hasta que, de repente, cuando estaba a unos trescientos metros de nosotros, a pesar de ser noche cerrada se veía perfectamente la silueta del barco, maniobró a estribor mostrándonos su costado de babor y por lo tanto su luz roja. Poco a poco se alejó, sin ninguna comunicación, sencillamente se marchó como había llegado. Nos quedaremos para siempre con la incógnita de porque hizo esa maniobra tan extraña, peo lo que os puedo asegurar es que pasamos un mal rato, en esos momentos pasaron por nuestras cabezas todas las opciones, incluidas las que aparecen en nuestras peores pesadillas.
Aparte de este incidente el resto de la noche fue bastante tranquila, el viento llego a subir por encima de los 20 nudos, pero como íbamos solo con la mayor nos beneficiaba, perdíamos un poco de ángulo con respecto al rumbo directo pero nos permitía apagar el motor.
Día 192 (25/5/2010): Nunca estamos contentos
26 de mayo, 2010Está en la naturaleza del ser humano, y nosotros no somos una excepción, ahora que el viento ha bajado, de nuevo quisiéramos que subiera, nos estamos quedando sin combustible, y no sería buena cosa quedarnos parados frente a la Península de Paria sin viento y sin gasoil.
La cuestión es que no estamos lejos de Boca de Navíos, el paso, ya situado en territorio de Trinidad y Tobago, que tomaremos para llegar la Bahía de Chaguaramas, en el extremo noroccidental de la isla de Trinidad, nuestro destino final. Nos separan de él 43 millas, poco si tuviéramos una propulsión adecuada por las velas o motor.
Protegido: Día 191 (24/5/2010): Y el viento subió…
25 de mayo, 2010Días 189 y 190 (22 y 23/5/2010): Un día casero con visita al acuario y de nuevo en ruta
24 de mayo, 2010Así han sido nuestros últimos dos días, el título lo resume.
El sábado nos levantamos tarde, aprovechamos para dormir a pierna suelta hasta que el cuerpo dijo basta, eso de dormir más de 4 horas seguidas sin moverte de un lado a otro y fresquito por la brisa es un lujo para nosotros.
Como no teníamos auxiliar para hacer grandes excursiones, y el barco necesitaba un poco de organización y reparaciones, nos pusimos manos a la obra, había que hacer cosas de lo más variopinto: sacar sabanas y colchonetas al sol para que se secaran y ventilaran, limpieza del interior del barco, organización del armario de herramientas y repuestos, coser varios patines de la mayor cuya unión se habían roto, calibrar la electrónica, reparaciones en el sistema eléctrico, cambiar bombillas, secar el agua del tambucho de timonería, etc. En fin, cuestiones de limpieza y mantenimiento casero a las que cualquiera podría dedicarle un sábado por la mañana, y que nosotros hicimos en la que es ahora nuestra casa.